El tercer día de nuestra ruta por Francia comenzó muy temprano ya que queríamos aprovechar al máximo nuestro último día en Burdeos.
Nos volvimos a levantar sobre las 7 de la mañana. Mientras nos arreglábamos fuimos buscando en internet dónde desayunar, pero debido a que era lunes de Pascua y era fiesta nacional la mayoría de los establecimientos estaban cerrados por lo que decidimos salir e ir mirando mientras dábamos un paseo.
Después de andar un par de minutos encontramos una pequeña patisserie, que se llama Patisserie Ferreyra justo detrás de la Place du Bourse que olía de maravilla, nos acercamos y vimos que ponían cafés y chocolates para llevar. Así que no nos lo pensamos, cogimos el desayuno y nos sentamos a desayunar en la plaza.
No sabemos qué tendrán los croissants franceses pero no tienen nada que ver con los de aquí. ¡Qué pena!
Tras el desayuno cogimos el tranvía rumbo al museo de Cité du Vin, aunque no somos nada fans del vino decidimos ir ya que Burdeos es conocida en el mundo entero por sus vinos. La verdad es que el museo está genial, es muy interactivo, dinámico y entretenido, estuvimos más de dos horas allí y se nos pasó volando.
Las vistas que hay desde lo alto son muy buenas y a pesar de que no somos amantes del vino, tenían bastante variedad y nos orientaron bastante bien.
Si tenéis pensado ir, os aconsejamos que compréis la Bordeaux City Pass ya que la entrada del museo son 20 euros y la tarjeta os incluye la entrada del museo y también la subida al mirador con una copita de vino, a nosotros nos costó la tarjeta 39 euros pero hay que tener en cuenta que incluyen casi todos los museos gratuitos, el transporte público y dos visitas guiadas.
Tras la visita a la Cité du Vin, teníamos pensado volver al centro de Burdeos en barco pero justo cuando llegamos a la parada se había ido y por ser fiesta no había otro barco hasta una hora después por lo que decidimos ir dando un paseo por los antiguos almacenes del puerto, que se han convertido en una zona peatonal, de compras y de restaurantes. Además había muchísima gente haciendo deporte.
Decidimos coger el tranvía e ir al Museo de Bellas Artes porque habíamos leído que tiene una gran colección de pinturas y esculturas de diferentes artistas como Picasso, Rubens, Van Dyck, Delacroix, etc. Al llegar vimos que estaba cerrado, normalmente cierran los martes, pero como era lunes de Pascua también cerraban. Lo que no estaba cerrado eran los jardines por lo que decidimos ir a comprar algo a un súper y hacer un picnic allí.
Después de comer recorrimos la zona cercana al Museo de Bellas Artes. Compartiendo jardines con el museo se encuentra el Palais Rohan, que es ahora el ayuntamiento de Burdeos. Este palacio construido en el s.XVIII, tras la Revolución Francesa, fue primero residencia real y desde 1837 sede del ayuntamiento. El palacio se puede visitar los miércoles y viernes, bajo reserva, y sólo es en francés, así que nos quedamos con las ganas, pero si tienes la Bordeaux City Pass es gratuito.
En la misma plaza se encuentra la Catedral St-André y la Torre Pey-Berland. La catedral, construida entre el s.XII y s.XIV, es de estilo gótico. Desde el año 1998, forma parte del Patrimonio de la Humanidad. La Torre Pey-Berland, la cual data del s.XV, es el campanario de la catedral, aunque está separado de ella. Con la Bordeaux City Pass está incluida la entrada a la torre pero nosotros no pudimos subir ya que cierran los lunes.
Después de tantas decepciones porque no podíamos entrar a ningún lugar porque estaba cerrado. Decidimos dar un paseo e ir viendo los diferentes lugares y monumentos que aún no habíamos podido ver.
Decidimos comenzar el paseo en la Porte Cailhau, ya que con la Bordeaux City Pass se podía subir. Las vistas del Garona son impresionantes, si ya nos habíamos enamorado de la puerta por fuera, por dentro es preciosa y ofrece unas vistas maravillosas.
Paseando llegamos hasta la plaza Saint-Meynard, aunque todo el mundo la conoce como la Place Saint-Michel debido a que allí se encuentra la Basílica de St-Michel y la torre de la Flecha de St-Michael, la torre es el campanario de la Basílica y fue construida en el s.XV, pero fue destruida tres veces, primero por un rayo, luego por un terremoto y después por una tormenta. Hasta que se volvió a construir en el s.XIX. La torre está coronada por una flecha que alcanza los 114 metros, por lo que es el edificio más alto de la región. Decidimos subir a la torre ya que ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad, la entrada estaba incluida en la Bordeaux City Pass, así como un folleto explicativo de la historia de la torre y en la cripta se puede ver un vídeo sobre las momias de personas que ocuparon dicho lugar durante finales del s.XVIII.
Hay que decir, que después de pasarnos el día andando la subida fue un poco dura, pero las vistas merecieron la pena.
En cuanto a la Basílica de St-Michel solo pudimos verla por fuera ya que estaba cerrada, pero su estilo gótico nos encantó.
Después nos dirigimos a ver el Grosse Cloche, el cual es un campanario histórico de la ciudad y es el único vestigio que queda de la antigua puerta defensiva del s.XIII. Durante la visita guiada a pie Xavier nos contó que la campana pesa 7800kg. ¡Vaya pasada!
Seguimos nuestro paseo por el centro de la ciudad atravesando la calle más comercial de Burdeos, la Rue Sainte-Catherine, para llegar a la Porte Dijeaux, la cual es una de las entradas monumentales de la ciudad y que se abre a una de las plazas arboladas más hermosas de Burdeos, la Place Gambetta, dónde nos sentamos a descansar y a comernos un helado.
Como no teníamos mucho más tiempo decidimos ir directamente al autobús turístico de Burdeos, no se trata de un bus turístico en el que puedas subir y bajar tantas veces como quieras sino que es un circuito cerrado que dura aproximadamente 70 minutos y que te recorre toda la ciudad, llegando hasta la zona nueva y de moda que es Darwin. Además tiene la opción de utilizar los auriculares con diferentes idiomas.
Al ver Darwin desde el autobús, y como nos había gustado tanto, decidimos ir en el barco hasta allí. ¡Sorpresa! De nuevo el barco acababa de pasar y teníamos que esperar 45 minutos a que volviera. ¡Menudo día! ¡Estábamos gafados! Decidimos no esperar porque se nos iba a hacer muy tarde, eran más de las seis de la tarde y necesitábamos una ducha refrescante e ir a cenar. Darwin tendría que esperar a la próxima vez que volviéramos a Burdeos.
Para cenar decidimos ir a la Place du Parlament pues Xavier nos había comentado que era una de las plazas más animadas para ir a comer o cenar ya que está llena de bares, restaurantes y comercios.
Cenamos en el restaurante L’Autre Petit Bois. El lugar era precioso y muy original, había un árbol en medio del restaurante. Teníamos intención de cenar algo típico de Francia, así que pedimos una ración de embutidos y foie de la zona para compartir y después cada uno pedimos una cassolette. La de Juan era de queso camembert y magret de pato y la de Sara de patatas con confit. ¡No sabríamos decir cuál de las dos estaba más buena!
Cuando salimos de cenar ya era de noche así que decidimos dar un pequeño paseo a modo de despedida de la ciudad e irnos a descansar ya que al día siguiente comenzaba nuestra ruta de pueblucos medievales.
Como siempre os dejamos el mapa con los lugares que visitamos este día y el día anterior en Burdeos:
Muchas gracias por leernos, esperamos que te haya gustado y que te sirva para tus viajes, si tienes alguna duda déjanos un comentario o escríbenos un e-mail a blogparejaviajera@gmail.com y te responderemos cuanto antes.
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¡Saludos viajeros!
Madre chicos vaya día!!! Menos mal que os lo tomaís bien y no os bloqueais. A mi me cuesta mucho siempre tirar de Jose porque si no salen las cosas como esperamos se queda super chafado en lugar de seguir. Así da gusto!! Aunque con el vinillo igual lo llevabamos mejor también 🤣
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